PISCIS (18
de Febrero – 21 de Marzo)
Con Piscis, terminamos el recorrido por todo el zodíaco. Llegamos al
final para volver a empezar en otoño un nuevo ciclo con Aries. En el hemisferio
sur comienza el otoño, pero en el
hemisferio norte la primavera asoma trayendo una vez más la certeza de un nuevo
nacimiento. Aquí las hojas comienzan a tomar otro color, pronosticando un
cambio de piel y de introspección ya en el invierno, mientras que allí, los
árboles se visten de colores brillantes, las flores se adornan y alegran a
quienes tienen la capacidad de mirarlas y admirarlas.
El signo 12, el que reúne a todo el zodiaco, signo de agua,
representado por dos peces cuyo regente es Neptuno, el dios del mar.
El sol se encuentra en el momento previo al nacimiento, desde las
profundidades algo se está gestando, algo late por salir a la superficie, luego
de 11 meses de transitar un camino lleno de oportunidades para llegar a este
momento. Al que nos propone reagrupar nuestras partes en un todo desde lo más
profundo de nuestra intuición y rendirnos al amor universal, a la comprensión
de que somos todos UNO.
En las Cartas de Tarot, Piscis es la Luna con sus cambios diarios
pero siempre presente en el cielo, aún cuando no la vemos, en su fase de luna
nueva, ya que es el momento de su encuentro con el sol.
La Luna con sus redondeces, con sus ciclos tan exactos, con su luz y
su sombra, quien rige las mareas, las siembras y cosechas. Su conexión con el
mar es tan directa que las mareas la esperan para avanzar o retroceder.
Para todos, pero especialmente para los signos de piscis, géminis,
virgo y sagitario, desde febrero del 2012 hasta el 2026, serán años en los que
se abren infinitas posibilidades para bucear en el mundo interior a fin de
lograr cambios externos. Seguir mirando hacia afuera buscando los cambios
deseados será una tarea frustrante si antes no miramos hacia adentro y
encendemos la luz que cada uno de nosotros tenemos. Desde ahí la iluminación
externa será inmediata.
Es momento de aprender a surfear, observar cuál es la ola que nos
favorece y desde ahí, navegarla hasta que nos lleve a tierra firme o se presente
otra ola que nos eleve más.
Es tiempo de sacar corazas, quemar naves, sacarnos las máscaras que
nos protegen de temores inciertos y ser lo que realmente somos.
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